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Si bien al dejar el cigarrillo se puede subir hasta siete kilos, el aumento de peso es menos grave de lo que se cree y los beneficios de abandonar el vicio, mucho mayores
Unas 2.700 mujeres mueren por día en el mundo a causa del tabaquismo. Y si bien al dejar de fumar se pueden subir hasta siete kilos, el aumento de peso es menos grave de lo que se cree y los beneficios son mucho mayores.
En el mundo hay mil millones de fumadores y 250 millones de fumadoras. Y en los últimos años se observó un incremento significativo en el consumo de tabaco en las mujeres.
A lo que parecen simples datos estadísticos pueden agregársele algunos más: Se estima que más de 100 fumadores pasivos mueren por día… el tabaquismo quita, en promedio, entre 8 y 10 años de vida…y la lista podría seguir….
Lo peor de todo es que, aun conociendo esos datos, en las mujeres prevalece el temor a engordar a la hora de decidir dejar de fumar.
Mitad mito y mitad realidad, la versión está instalada: dejar de fumar, engorda.
A la mujer le cuesta más dejar de fumar que al hombre porque tiene muy asociada la imagen del éxito, la delgadez y fumar, una imagen que se ha grabado en el subconsciente femenino a través de múltiples campañas publicitarias. Algo que es completamente erróneo.
En realidad, uno cuando hace un tratamiento para dejar de fumar se atiende el cambio de conducta (lo cognitivo conductual) y el aspecto farmacológico, e incluso, se cuenta con un nutricionista, para evitar aumentar de peso y, si aumentara, al estar atendido por especialistas, los va a bajar.
Dejar atrás el consumo de tabaco trae aparejado beneficios considerablemente mayores que cualquier otro problema que pueda acarrear un ligero aumento de peso que con determinadas pautas de alimentación, una dieta saludable y hasta comiendo más, el cuerpo recupera su peso ideal.
Recomendaciones nutricionales que hay que saber
* Los consejos que se brinden en estos casos deben ayudar a controlar la ganancia de peso pero sin ser excesivamente restrictivos para evitar la recaída en el consumo de tabaco.
* Se debe incluir en la alimentación variedad de vegetales y frutas frescas, lácteos descremados, cereales y panificados integrales.
* Organizar la alimentación en cuatro comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena, de ser necesario incorporar colaciones.
* Aumentar el consumo de agua. Tomar agua en los momentos de la tentación de encender un cigarro resulta muy eficaz y aporta grandes beneficios para el organismo.
* Existen fármacos y productos de venta libre que ayudan a dejar de fumar como el reemplazo de nicotínico que retrasan el aumento de peso mientras dura el tratamiento. Una vez finalizado el mismo, la persona podría iniciar un tratamiento nutricional para bajar de peso.
Los efectos del cigarrillo en la salud
Antes que lo que refleje la balanza, las mujeres fumadoras deberían preocuparse por el daño que el cigarrillo ocasiona en su salud.
Por ejemplo, la mujer fumadora que toma anticonceptivos orales tiene mayor riesgo cardiovascular y presentan mayor riesgo de desarrollar hemorragia cerebral, trombo embolismo de pulmón y ACV.
Además de la incidencia de cáncer de pulmón –propia de todo fumador- en las mujeres se presenta aumento de cáncer de vejiga, riñón y páncreas, así como mayor riesgo de cáncer de mama y cuello uterino.
Y por si las causas “de vida o muerte” no pesan en la balanza a la hora de decidir dejar el vicio, hay otras más frívolas pero no menos verdaderas: el tabaquismo tiene un impacto sobre muchos aspectos del atractivo físico, como la aparición precoz de arrugas faciales, deterioro general de la piel, mal aliento, color amarillento en las uñas y en los dientes, son algunas de las consecuencias del fumar.
¿Hijos fumadores pasivos?
Bien sabido es que el tabaquismo es una de las causas de esterilidad. Esto debido a que las mujeres que fuman tienen menos cantidad de hormonas y la movilidad de las cilios que tienen las Trompas de Falopio es menor.
Es por eso que los especialistas aconsejan que “la mujer debería dejar de fumar por lo menos seis meses antes de buscar un embarazo”.
Además, si la pareja igualmente fuma la movilidad de los espermatozoides también es menor.
Aún así, si la mujer fumadora logra la tan ansiada gestación, en el embarazo tendrá más probabilidad de tener abortos espontáneos, placenta previa, así como bebés con bajo peso al nacer y riesgo de muerte súbita del lactante.
Y cuando le dé de mamar a su bebé, lo hará fumador pasivo porque la nicotina pasa, no sólo por su leche, sino por la piel y el pelo.
En la primera infancia los hijos de madres fumadoras presentan asma, alergia, otitis, sinusitis, rinitis o neumonías. El fumar disminuye en los niños una de las barreras principales de defensa a nivel de todo el árbol bronquial.
Ahora que lo sabes, ¿serías capaz de prender el próximo cigarrillo?
Visto en http://saludable.com
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