Tras la tormenta financiera y social que ha generado un sistema financiero injusto y abusivo, los expertos en finanzas reconocen el fracaso en la actualidad del modelo del sistema económico
MUNDO.-El modelo impulsado por el G20, es decir, los
países más ricos e influyentes, que consistía en venerar el libre mercado y la
agresiva competencia, ha dejado de ser la receta para todos los males, para
convertirse en el monstruo que lo devora todo.
Analizado el sistema desde su raíz, queda demostrado
que la idea de la autorregulación de los mercados, no es ni más ni menos que
uno de los elementos claves para determinar las crisis que atraviesan
desde EE.UU., hasta Grecia o España.
Corrupción total, evasión de impuestos y una carrera por alcanzar la riqueza son las consecuencias de una inexistencia de todo tipo de control económico y financiero. Y la principal razón del fracaso de este sistema, según los expertos, es que funcionaba en algunos países a costa de las economías de otros.
Según lo expuesto por un grupo de economistas del G20, es necesario reformar el sistema financiero global ahora mismo, sin más dilaciones, algo que antes ni se mencionaba cuando los problemas estaban lejos de las grandes economías desarrolladas.
Por ejemplo en Ruanda, donde tras dos años de mala cosecha el Fondo Monetario Internacional (FMI) propuso al país sus préstamos solo bajo la condición de que el Estado dejara de apoyar a las industrias domésticas de agricultores, ya que contradecía a la idea de libre mercado.
Como resultado, se vio una caída drástica de los ingresos reales de la población, que acabó con una sangrienta guerra civil. Y se pueden encontrar ejemplos como este en numerosos países, entre ellos muchos latinoamericanos.
Corrupción total, evasión de impuestos y una carrera por alcanzar la riqueza son las consecuencias de una inexistencia de todo tipo de control económico y financiero. Y la principal razón del fracaso de este sistema, según los expertos, es que funcionaba en algunos países a costa de las economías de otros.
Según lo expuesto por un grupo de economistas del G20, es necesario reformar el sistema financiero global ahora mismo, sin más dilaciones, algo que antes ni se mencionaba cuando los problemas estaban lejos de las grandes economías desarrolladas.
Por ejemplo en Ruanda, donde tras dos años de mala cosecha el Fondo Monetario Internacional (FMI) propuso al país sus préstamos solo bajo la condición de que el Estado dejara de apoyar a las industrias domésticas de agricultores, ya que contradecía a la idea de libre mercado.
Como resultado, se vio una caída drástica de los ingresos reales de la población, que acabó con una sangrienta guerra civil. Y se pueden encontrar ejemplos como este en numerosos países, entre ellos muchos latinoamericanos.
El FMI se convirtió, sobre todo a partir de los años 80, en un instrumento muy
claro de las políticas neoliberales y del monetarismo. El resultado es el que
podemos apreciar hoy día, es decir, multiplicación de burbujas especulativas,
explosión de estas burbujas, empobrecimiento masivo, medidas brutales de
austeridad contra las poblaciones, etc.
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