Los famosos minijobs y como podría hacer efecto su implantación en España. ¿Sería una solución? ¿Sería un paso atrás?
ESPAÑA.-Los minijobs, modalidad implantada en
Alemania desde 2003, son contratos de trabajo con un máximo de 15 horas
semanales y remuneración de 450 euros mensuales. El contratado no tiene que
pagar impuestos pero puede aportar voluntariamente una parte a la seguridad
social.
Cuando Alemania acogió esta medida, la situación del
país no era muy boyante, y tanto la economía sumergida como el desempleo eran
problemas muy importantes para el país teutón.
La medida adoptada en el Gobierno del canciller
Schröder tuvo una serie de ventajas pero también desventajas muy importantes.
Las ventajas fueron que se consiguió hacer descender el paro y que el mercado
laboral fuera más flexible y adaptable a las necesidades de las empresas. Por
el contrario, trajo consigo unos inconvenientes que ahora, pasado el tiempo,
comienza a tener mayor repercusión en la economía alemana. La precariedad
laboral es sin lugar a dudas una de las premisas más determinantes.Según la
Oficina Federal del Trabajador y la Oficina Federal de Estadística, más de un
tercio de los trabajadores tiene un contrato temporal, un minijob o un trabajo
parcial, lo cual hace un total de unos 7.4 millones de trabajadores con
contratos de este tipo. De ellos, un 58% percibe salarios mal remunerados que
apenas les dan para vivir y que en muchos casos les conducen a los organismos
públicos para solicitar un complemento procedente de la ayuda social. Además
debemos de contar los cientos de pensionistas que tienen un minijob, a veces
por necesidad, para compensar.
España está tendiendo llevar a cabo medidas económicas
y reformas laborales que apuntan a esta línea. Debemos recordar que el
crecimiento de la pobreza en Alemania, una de las potencias económicas mundiales,
radica en estas medidas laborales, que si bien intentaron en su momento
resolver una problemática coetánea, no valoró las repercusiones a medio y largo
plazo.
España, que carece del potencial económico y financiero
de Alemania se estaría condenando definitivamente si adoptase finalmente este
modelo laboral. Esta no debe ser la solución que adopte el ejecutivo de Mariano
Rajoy para paliar el desempleo (España es el país de la OCDE con mayor
tasa de desempleo, por delante de Irlanda y Grecia).
Hemos de recordar que en España ya existe un tipo
de contrato por horas, mediante el cual el contratado trabaja el tiempo que se
acuerda con el empresario, pero la falta de limitación por edades hace que la
carencia de experiencia provoque que el desempleo juvenil aumente de manera
desbocada y este colectivo no pueda favorecerse de esta modalidad.
Los minijobs crean precariedad laboral, ya que la
remuneración no concuerda con el coste de vida en España, que pese a la crisis,
tiene unos precios muy altos en comparación con otros países europeos en los
que la economía es más benévola. Sin embargo, de nada sirven los minijobs si no
existen puestos de trabajo, y el modelo actual del mundo laboral no propicia la
creación de empleo.
Por otra parte, es necesario agilizar y facilitar la
contratación reduciendo e incluso eliminando determinadas tasas o trámites
engorrosos.
Por último, si España desea salir de la crisis, debe
apostar por políticas de reactivación de la economía, justo lo contrario por lo
que abogan las políticas de austeridad y contención de Europa.
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