El fácil acceso a las redes sociales y la falta de educación sobre su buen uso está causando en las últimas fechas preocupantes casos que han requerido incluso la intervención de las autoridades. ¿Cómo podemos intervenir?
Es más común de lo que se tiene conocimiento banalizar sobre la importancia de la intimidad, "escrachar" todo aquello que supone un límite hacia aquello que compartimos y queremos que sepan de nosotros. Pero la preocupante tendencia que están mostrando nuestros jóvenes con respecto al uso que le dan a las nuevas tecnologías debe hacernos reflexionar sobre lo que estamos haciendo mal, y plantear, si fuera necesario, un control más férreo y restrictivo sobre el acceso a las redes sociales.
Facebook es un claro ejemplo de la ligereza con la que
se comparten imágenes y videos de contenido adulto, y más preocupante aún la
demostración burlesca que los jóvenes hacen de dicho contenido.
Para evitar que nuestros niños caigan en esto
resulta útil utilizar un filtro antipornografia inteligente capaz de detectar
rastros de pornografía dentro de la plataforma de Facebook y bloquearla de
manera efectiva, para aumentar así la seguridad de los niños cuando
navegan en estas redes sociales. Y, ¿por qué no? Facebook, Twitter, Tuenti y el
resto de redes sociales son completamente prescindibles. Por ponernos duros,
eliminémoslas de la vida de nuestros pequeños, al menos hasta que su nivel de
madurez y responsabilidad estén más acentuados.
Conclusión. Debemos reconocer que internet representa muchos beneficios en nuestra vida, pero los peligros de las redes sociales e Internet son reales. Internet nos brinda una faceta poco afortunada cuando dejamos a nuestros pequeños tranquilamente sentados frente al ordenador viendo páginas o contenidos “aparentemente inocentes”.
Conclusión. Debemos reconocer que internet representa muchos beneficios en nuestra vida, pero los peligros de las redes sociales e Internet son reales. Internet nos brinda una faceta poco afortunada cuando dejamos a nuestros pequeños tranquilamente sentados frente al ordenador viendo páginas o contenidos “aparentemente inocentes”.
No desestimemos nuestra responsabilidad
hacia la educación de nuestros hijos y tomemos las riendas.
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