11 mar 2014

Pena de muerte por dejar morir de hambre a criada

Un matrimonio malayo será ejecutado, condenado por el homicidio de la empleada del hogar



maltrato empleadas domesticas condena muerteMALASIA.- En Malasia fue condenada una pareja a morir en la horca, tras ser acusados y condenados por el homicidio de una empleada de hogar a la que dejaron morir de hambre.

Isti Komariyah, pesaba 46 kilogramos cuando comenzó a trabajar con ellos; durante los tres años que estuvo empleada en la casa del matrimonio le fue prohibido alimentarse; ante ello la joven de 26 años llegó a pesar 26 kilos hasta el día de su muerte en junio del 2011.

Teoh Ching Yen, de 56 años, y su marido, Fong Kong Meng, de 58 años, fueron los responsables de este maltrato el cual diversas asociaciones en defensa de los derechos humanos ponen atención, debido al gran número de casos registrados del maltrato que sufren las empleadas de hogar en Asia y Medio Oriente.

La mayoría de las víctimas de este maltrato y violación de sus derechos son indonesias, filipinas o camboyanas; donde puede tratarse de desnutrición, mutilaciones y muertes.

Aunque algunos países han realizado mejoras en sus legislaciones, siguen siendo insuficientes, según los observadores de derechos humanos. Los marcos de protección laboral excluyen, en muchos casos, a las empleadas de hogar negándoles derechos que sí garantizan para otros trabajadores. Los tribunales sentencian en la mayoría de los casos  a favor de los empleadores. A veces, estas mujeres no denuncian porque la legislación del país establece que durante el tiempo del proceso la mujer no recibirá remuneración, y deberá asumir todos los costes. Imposible para la mayoría. 

Las tímidas reformas anunciadas por algunos países se  han quedado en papel mojado, o  se traducen en la firma de acuerdos bilaterales con otros países que les suministan mano de obra y les exigen un respeto mínimo de los derechos laborales. Pero, según el observatorio de Human Rights poco se ha avanzado.
Jordania es uno de los países que ha realizado más esfuerzos para incluir a estas trabajadoras en el régimen general, con garantías como el establecimiento de un día libre semanal, vacaciones pagadas o una jornada laboral máxima de diez horas. También las autoridades de Singapur han aprobado recientemente que las empleadas puedan tener un día de descanso.

En la práctica, los países suelen rasgarse las vestiduras cuando detectan algún tipo de abuso en otro Estado, pero poco miran a sus propias tripas. En 2011, Camboya decidió suspender el envío de mujeres a Kuwait para servicio doméstico después de conocer varios casos de abusos. También Indonesia  vetó el envío de mujeres a Arabia Saudí en represalia por la ejecución de una inmigrante de este país acusada de asesinar a su patrona en reacción a los malos tratos que había sufrido.

Arabia ha protagonizado precisamente algunos de los titulares más polémicos. 25 mujeres indonesias han sido condenadas a pena de muerte en el país, y otra veintena expulsadas tras ser absueltas de sus acusaciones. En enero del año pasado, una empleada de hogar era decapitada en el país después de que sus jefes la acusaran de asfixiar a su bebé de cuatro meses, un delito que supuestamente había cometido siendo menor de edad. La trabajadora, natural de Sri Lanka, siempre sostuvo que el niño se ahogó accidentalmente con un biberón. A pesar de los intentos de los activistas internacionales, la chica fue condenada a pena de muerte. El caso provocó una enorme conmoción internacional y provocó la ruptura diplomática entre ambos países. 



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