Un reciente estudio revela que el agua que alberga nuestro planeta es más antiguo que el propio Sol
foto: skeeze |
MUNDO.- El agua fue crucial para la aparición de la vida en
la Tierra y también es importante para evaluar la posibilidad de vida en otros
planetas. Esta sustancia se encuentra por todo el Sistema Solar: en los
cometas, en las lunas heladas, en las cuencas sombrías de Mercurio, e incluso
en muestras de minerales de meteoritos, de la Luna y de Marte.
Los cometas y asteroides, en particular, al ser objetos
primitivos, proporcionan una "cápsula del tiempo" natural de las
condiciones de los primeros días del Sistema Solar, y pueden dar pistas a los
científicos sobre el hielo que rodeaba al Sol después de su nacimiento, una
pregunta sin respuesta hasta ahora.
En su juventud, el Sol estaba rodeado por un disco
protoplanetario, la llamada nebulosa solar, de la que nacieron los planetas. Lo
que no estaba claro era si el hielo en este disco se originó en la propia nube
molecular parental del Sol, o si el agua interestelar se habría destruido y
resurgido por las reacciones químicas que tienen lugar en dicha nebulosa.
“Si el agua en los inicios del Sistema Solar provenía
principalmente del hielo del espacio interestelar, entonces es probable que una
cubierta de hielo similar –junto con la materia orgánica prebiótica que
contienen–, sea abundante en la mayoría o en todos los discos protoplanetarios
alrededor de la formación de las estrellas", explicó Conel Alexander del
departamento de Magnetismo Terrestre del Instituto Carnegie de Washington y
coautor del estudio.
"Si esta agua originaria de nuestro sistema planetario
–añade el científico– era en gran parte el resultado de procesos químicos
locales durante el nacimiento del Sol, entonces es posible que la abundancia de
agua varíe considerablemente en la formación de los sistemas planetarios, lo
que obviamente tiene implicaciones para la posibilidad de la aparición de la
vida en otros lugares".
Al estudiar la historia del hielo del Sistema Solar, el
equipo científico –dirigido por L. Ilsedore Cleeves de la Universidad de
Michigan, se centró en el hidrógeno y su deuterio más pesado (un isótopo
estable del hidrógeno).
Los isótopos son átomos de un mismo elemento que tienen el
mismo número de protones pero un número diferente de neutrones. La diferencia
de masas entre isótopos da lugar a diferencias sutiles en su comportamiento
durante las reacciones químicas. Como resultado, la proporción de hidrógeno a
deuterio en las moléculas de agua puede mostrar a los científicos las
condiciones bajo las cuales se formaron las moléculas.
Los investigadores crearon modelos que simulaban un disco
protoplanetario en el que todo el deuterio del hielo había sido eliminado por
el proceso químico, por lo que el sistema tenía que volver a empezar "de
cero" en la producción de hielo con deuterio. Lo hicieron con el fin de
ver si el sistema puede llegar a las proporciones de deuterio e hidrógeno que se
encuentran en las muestras de meteoritos, el agua del océano de la Tierra, y
los cometas. Encontraron que no era capaz, lo que les reveló que al menos una
parte del agua en nuestro propio Sistema Solar tiene un origen en el espacio
interestelar y es anterior al nacimiento del sol.
"Nuestros resultados muestran que una fracción
significativa de agua de nuestro sistema planetario, el ingrediente más
importante para la vida, es más antiguo que el Sol. Eso presupone que abundante
materia orgánica helada interestelar se debería encontrar en todos los sistemas
planetarios jóvenes", concluye Alexander.
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