5 ago 2012

Sexting: ¿qué es y por qué lo hacemos?


INTERNET

Enviarse imágenes osadas no es cosa nueva, pero la tecnología amplió las posibilidades y expuso tendencias exhibicionistas y voyeuristas

Sexting: ¿qué es y por qué lo hacemos?

En su momento fueron las fotos de Scarlett Johansson, filtradas por un hacker. En Noticias del Mundo hemos dado buena cuenta de algunos de estos casos, como por ejemplo, el posado de Lady Gaga o Miley Cirus. En los últimos tiempos se han repetido los casos de "sexting" revelados a la luz pública. Pero, más allá del escándalo, ¿a qué obedece esta costumbre?

Para algunos, la novedad en este juego erótico no radica tanto en el gesto en sí sino en el hecho de que la red multiplica el efecto y la audiencia de un espectáculo que hasta hace poco era de índole privadísima.

La única fotografía de Liz Taylor desnuda data del año 1956 y tenía por destinatario a su amante y futuro marido Michael Todd. En ella se ve a la actriz posando en el estudio de un fotógrafo. Tenía 24 años. La imagen recién se publicó tras la muerte de la estrella.


Antes de que se inventara la fotografía, algunos apelaron a la pintura para tener a la vista la imagen de la amante como Dios la trajo al mundo. Tal sería el caso de las célebres Majas del pintor español Goya, realizadas al parecer por encargo de un mecenas del artista, Manuel Godoy, primer ministro del rey español Carlos IV (1748-1819), padre de Fernando VII. La Maja desnuda quedaba oculta a las miradas indiscretas por la Maja vestida, mediante un sistema de poleas, que le permitía al propietario de los cuadros contemplar a su antojo a la modelo.


Y si se compara la pose de Scarlett Johansson en la foto destinada a su marido de entonces, Ryan Reynolds, con la de la modelo de la Venus de Rubens o de la de Velázquez -ambas del siglo XVII- son notorias las coincidencias en la puesta en escena y en el uso del espejo que permite mostrar las nalgas y el rostro al mismo tiempo... ¿Nada nuevo bajo el sol?


El juego del exhibicionista y el voyeur

Las nuevas tecnologías aportan posibilidades que el que pintó la Maja no tenía. El juego del exhibicionista  y el voyeur forma parte de la sexualidad de todos los adultos de forma más o menos desarrollada y es absolutamente normal, siempre y cuando no sea requisito para la excitación, es decir, si es una de las posibilidades eróticas de la pareja y no una condición necesaria.

El sexting, o envío de material erótico a través de teléfonos celulares o correo electrónico, es un modo nuevo en que el exhibicionismo forma parte del juego erótico.

En este juego los roles no están necesariamente divididos en la pareja, pueden ser tanto recíprocos como no, y uno de los dos tener el rol de voyeur y el otro el de exhibicionista.  Pero en general, cuanto más flexibles son los roles, más duradera es la pareja.

Algunos expertos proponen entender el sexting en el contexto cultural actual: Hace 50 años el señor o la señorita hubieran mandado una carta, diciendo 'cuánto que te deseo, cuánto pienso en vos, en tus curvas, o lo que te haría y lo que no te haría', con más o menos audacia, pero era un mundo donde dominaba la palabra; hoy domina la imagen.

La imagen es para muchos una condición erotizante y fue usada desde que se inventó la fotografía y quizá previamente con las pinturas y los dibujos de desnudos, y ese regalo podía representar una forma de entrega.

El intercambio de imágenes entre amantes es un medio para erotizar o convocar al otro o un modo de recordatorio de quién soy; de hecho, los hombres se pasan mirando las fotos de Marilyn Monroe y otra multitud de imágenes que son para muchos una condición erotizante. Todos entran al campo de lo erótico fundamentalmente a través de la imagen, las mujeres se arreglan y los hombres se visten para producir una imagen convocante o se desvisten con el mismo objetivo. 


El intercambio que se da a través del sexting tiene dos condiciones: una voyeurística, porque hombres y mujeres gozamos de mirar el cuerpo, sus posiciones e incluso al otro teniendo sexo. Los swingers, por ejemplo, intercambian pareja pero también miran cómo practica el sexo el otro. Hay una enorme curiosidad por la sexualidad de los demás quizá porque todo el mundo experimenta una cierta inseguridad, especialmente los hombres que siempre tienen el horizonte de la impotencia como posible. El otro componente, es el exhibicionismo gozoso de gente que muestra su forma de hacer el amor y que goza muchísimo de que la vean.

¿Puede decirse que el exhibicionismo es más bien femenino y el voyeurismo masculino?

Sí. La mujer siente un placer enorme en ser mirada y deseada. Se arregla, se viste o desviste, se pone fetiches, como las joyas, para convocar la mirada del hombre. El hombre tiene como condición desear. Si uno busca ser deseado está en un posicionamiento femenino.

La orgía virtual

Sin embargo, aunque tenga antecedentes, el sexting también es signo de un cambio en la noción de intimidad. La idea de lo íntimo, los límites entre lo íntimo, lo privado y lo público se han corrido, por lo tanto, lo que yo en otra época no hubiera compartido, hoy lo comparto y lo hago público; ese es uno de los elementos que hace que estas fotos aparezcan en Internet ya de manera deliberada. No quiere decir que la gente no tenga intimidad, sino que la intimidad es otra cosa, ya no es la exhibición del cuerpo. Nadie guarda en secreto lo que ya no es cuestionado por la sociedad.

Las nuevas formas de hacer público lo íntimo es una nueva forma de erotismo que nuestra cultura o Internet han generado.  

Pero esta transformación de lo íntimo en público que han traído Internet y las cámaras son una producción cultural totalmente nueva. Ciertas prácticas sexuales contemporáneas en grandes ciudades a través de la red que consisten en poner una cámara y que el otro esté haciendo el amor y uno también, es decir, una orgía virtual

¿Son normales estas prácticas?

Cuando no es consensuado, es decir, la clásica imagen del señor que se abre el impermeable, está dentro de una perversión, pero en este caso no estamos hablando de eso sino de juegos consensuados dentro de la pareja.

El voyeurista perverso es aquél que culmina su excitación solamente mirando. Gozar solamente mirando se encuadra en esa figura. La red ha multiplicado un cierto voyeurismo que podríamos decir que bordea la perversión o lo que podía ser considerado perversión en otra época.

Un tercer problema es el del escándalo que se genera cuando el sexting se hace público. No existe mucha conciencia del riesgo que se corre, no solamente con estas imágenes, también con los mails y los mensajes. Puede verse gente en problemas a causa de errores cometidos en el manejo de la tecnología. Errores gravísimos, personales, laborales, de todo tipo. En Noticias del Mundo ya comentamos el caso de Angie Varona.


De todos modos, ni siquiera esto es del todo nuevo. La fotografía que Nelson Algren tomó de su amante Simone de Beauvoir en el baño, posiblemente luego de un encuentro amoroso, fueron portada del semanario francés Le Nouvel Observateur años después, pero aún en vida de todos los protagonistas, incluso del esposo de la dama,Jean-Paul Sartre. Pero es posible que éste no se haya quejado ya que él y Simone mantenían lo que se conoce como "una relación abierta". 


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