ZIMBAWE
Lo primero que muchos pensaron al
verla en la galería de lectores de la revista digital Safari, que realiza Africa Geographic, es que la imagen es trucada. Pero la fotógrafa Vanessa Bristow salió
a defender su trabajo.
"A todos ustedes, incrédulos que desconfían de la
originalidad de la fotografía: no es
Photoshop. Yo estaba en las tierras comunales locales en busca
de mi perro dálmata perdido y me detuve a preguntarle a su madre si ella lo
había visto”, comenzó.
“Mientras estaba hablando con ella, su hijo, que
estaba jugando con sus hermanos y amigos cerca, me llamó la atención. Le
pregunté si podía fotografiarlo y ésta es la primera foto que tomé de él”,
continuó.
El pequeño se llama Theuns y vive en
Marimani, Zimbawe. La mirada del
niño es peculiar. Y la mezcla de asombro e incredulidad potencia el color de
sus ojos. “Era posiblemente su primera
interacción de cerca con una persona de raza blanca y su
fascinación hacia mí, o hacia la cámara, es claramente evidente”, concluyó
Bristow, quien bautizó a la foto “El niño con
ojos de zafiro”.
Intentando dar una explicación, consultó a un
oftalmólogo: "Representa probablemente albinismo ocular o albinismo Nettleship-Falls. Esto
hace que el pigmento del iris tienda a ser menos denso", sostuvo.
Según la fotógrafa, un par de semanas después volvió
para retratarlo. Esta vez ya se veía más suelto y hasta se animó a mostrarle
una sonrisa a la cámara.
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